Pandemia y todos los miedos juntos
Cuando se espera a la guagua con amor, consentimiento, posibilidades y un deseo legítimo, vale la pena la celebración en medio del caos que es la vida. Sean bienvenidos, entonces, a festejar la llegada de una guagua verdaderamente deseada: la revista digital Monda y Lironda que, si bien encontró vientre en la Casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo del Azuay, será el espacio de todas y todos los que creemos en la necesidad de un lugar seguro para compartir la escritura creativa y la crítica cultural desde la diferencia o la convivencia armónica, que bien podrían ser sinónimos si así lo quisiéramos.
Y aunque el premonitorio Charly lo haya sabido desde siempre: «Cada cual tiene un trip en el ‘bocho’, difícil que lleguemos a ponernos de acuerdo», todavía nos atrevemos a confiar en un virus como el maestro de los tiempos más violentos y confusos. Esta es la razón por la que la primera edición de esta niña, que esperamos se convierta pronto en una adulta que camine por sí sola, aborda la temática «Pandemia y todos los miedos juntos», como una forma de adentrarnos en puntillas a un año más en el que seguimos aprendiendo a convivir con la incertidumbre, pero también con la resistencia. En este número, Josué Durán Hermida escribe una crítica aguda sobre la Bienal de Cuenca, planteada más allá de la corrección política, la contemplación y los anhelos desde el fin del mundo. María José Machado nos cuenta acerca del transitar de un cuerpo en medio de la pandemia y cómo ha logrado sobrevivir de la mano de la gestión cultural, los recuerdos que lastiman y el amor como respuesta. En la sección Infancias, José Julián, un niño de ocho años, le escribe una carta desde la fantástica posibilidad de los sueños a la autora Lina Vintimilla, quien le responde con la misma dosis de ternura. Para asimilar los procesos de duelo o de la muerte como un ritual tenemos la mirada antropológica de Rosa Inés Padilla. Nos encontramos además con la presencia de un saxofonista que le devuelve el aliento a un grupo de vecinos confinados, una historia contada en la estupenda voz narrativa de Santiago Vizcaíno. Y con el humor de siempre, de vuelta al ruedo, está José Boroto, con una reseña que se atreve a mirar a los superhéroes, la adolescencia y la vida adulta desde una postura cero light. Finalmente, Jorge Aguilar le hace un homenaje a la escena rockera cuencana que si quisiera, podría usar como epígrafe una de las canciones del Más Querido de la música popular: «En vida que me quisieras, de muerto, ya para qué». Razones nos sobran para, en esta edición, abrazar el recuerdo, el fuego intenso que solo muta y no doblega, de cuatro músicos eternos: Esteban el Loquito Íñiguez, Cristian Loco Flores, Juan Diego Tamariz y Mauricio Hernández. Pero también se la dedicamos al poeta manabita Pedro Gil que en cualquier espacio estará burlando a la muerte, pues aunque la vida queme, lastime, desgarre, nos aferramos a ella como el sueño de un niño que mira al cielo.
Pasen a leer y juntos sobrevivamos a nuestros miedos.
Monda & Lironda de la CCE Azuay.
Pandemia y todos los miedos juntos. Imagen libre de derechos intervenida por David Riera.