Monda & Lironda

REVISTA AZUAYA ESPECIALIZADA EN CRÍTICA CULTURAL Y ESCRITURA CREATIVA

NÚMERO 21

AGOSTO-SEPTIEMBRE 2024 | CUENCA, ECUADOR

Los niños ecuatorianos del 92 recordaremos esto…

Por: Erika Torres


Nosotros, los hijos de finales del siglo XX, recibimos, casi a diario, el cuestionamiento de la generación que nos precede.  Para muchos de nuestros adultos nosotros no podemos hablar con certeza sobre los diferentes hitos que marcaron a nuestro país, pero, en realidad, somos bastante conscientes para hacerlo. Nosotros, los ecuatorianos del 92, vinimos de aquella década cambiante, fuimos concebidos al finalizar el periodo de la Izquierda Democrática (ID) del doctor Borja, es decir, fuimos forjados durante la primera vez que la ID llegó al poder. Reconozco que para los niños ecuatorianos del 92 la ID estaba lejos de ser aquel partido que se había solidificado en el declive del populismo «velasquista» y en el creciente «cefepismo»1, para hoy presentarse como ese partido naranja con negro. Lo que a nuestros adultos se les olvida es que nosotros también fuimos concebidos en aquella época en que la Coca-Cola ya dominaba el mundo, especialmente en temporada navideña y del Mundial de fútbol; aquella época de la Game boy, la televisión por cable y el teléfono fijo en algunos hogares ecuatorianos.

Recuerdos de los 90. / Imagen libre de derechos intervenida por Juan Contreras.

            Sobre nuestro caminar se viene una serie de datos intrínsecos a nosotros que nadie puede negárnoslos, pues, nuestros primeros pasos los dimos durante el gobierno del señor que decía «Ni un paso atrás» mientras los militares asesinaban y morían en el Alto Cenepa; sí, caminamos durante ese periodo en el que se permitieron los famosos «créditos vinculados» que beneficiaban a la banca privada, en tanto nuestra inocencia bailaba y cantaba al jolgorio del tucán Máximo y del doctor Muelitas. En ese momento, el correo electrónico comenzaba a reemplazar al sistema de fax y el disquete de 3,5 pulgadas prometía la revolución informática. Así de rápido caminamos. 

            A nosotros nos tocó iniciar la vida académica durante el gobierno de Bucaram, el Loco que ama, quien bailaba El rock de la cárcel y cantaba junto a Los Iracundos. Recuerdo que en las aulas muchos lloramos porque no nos entregaron el kit de la «Mochila escolar»2, pero, estoy más que segura que ahora estamos orgullosos de que la mochila jamás se colgó a nuestras espaldas. Durante esa época Eminem se ponía de moda, y tanto los jóvenes latinos como los gringos lo escuchaban y lo bailaban en las matinés. Quizá memoricemos poco o nada sobre los disturbios por la huida de Bucaram y el malestar que dejó la «Noche de los tres presidentes»3. Quizá no recordemos a Rosalía Arteaga, la mujer derrocada por el golpista Paco Moncayo, jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas en ese periodo —personaje que luego de algunos años se perfilaría como demócrata y cautivaría a muchos con su ideología progre y su discurso de género―. Estoy segura de que tampoco recordamos a Fabián Alarcón, quien ocupó el puesto que le correspondía a Rosalía únicamente porque era el «macho alfa» de la Cámara. A lo mejor no recordemos lo caótico y pintoresco que fue tener tres presidentes en una sola noche, pero, sí recordamos esos anuncios tenebrosos de televisión, como el del payaso «Fresco solo, hay uno solo y suena» y el miedo que nos causaba esa imitación de Ronald McDonald.

            Pero, ¡híjole! De Jamil Mahuad estoy segura de que ya tenemos recuerdos sólidos, por ejemplo, cuando en el receso de la escuela muchos de nosotros comprábamos espumilla4 con la moneda de 1.000 sucres que tenía el rostro de Eugenio Espejo, o cuando comprábamos emborrajados5 con el billete de 5.000 que tenía impreso el retrato de Juan Montalvo, y hasta nos quedaba cambio para comprar tazos y plastilina moco. Sin embargo, luego el dólar reemplazó al sucre y, los centavos de dólar ecuatoriano, con los rostros de aquellos personajes, solo nos alcanzaban para un chupete «Pirulito»6, y eso dependía de si la vecina de en frente lo vendía a 0,10 centavos (la moneda con el rostro de Eugenio Espejo) o la de la vuelta lo dejaba hasta los 0,05 centavos (la del rostro de Juan Montalvo). Creo que de esa época también recordamos la hora del almuerzo junto a los Power Rangers, seguidos de Goosebumps que pasaban por la televisión nacional, o a Marilyn Manson y las leyendas en torno a su físico y sus perversiones sexuales. Y bueno, así fue cómo durante nuestra primera década, los niños ecuatorianos del 92, conocimos varios rostros y discursos.

            Luego llegó Gustavo Noboa al poder y David Reinoso se había separado del elenco de N.E.V.N.E.D.7 y ejecutó las famosas parodias presidenciales del Ecuador; Reinoso imitaba al mandatario como el cuentista de puro chiste «colorado»8. Para esa época los niños ecuatorianos del 92 ya estábamos púberes y nos pusimos en onda con las producciones de Cris Morena. Después asumió la presidencia Lucio Gutiérrez, y con ello la disolución conyugal entre el «presi» y su esposa, Ximena Bohórquez, porque ella no confiaba en su esposo ―el megadrama amoroso—.

            De Lucio también recordamos la «Pichi Corte»9 y la propaganda masiva que buscaba honrar a antiguos mandatarios que tenían pendientes juicios penales. También sabemos que los «forajidos»10 dieron fin a ese gobierno por medio de movilizaciones civiles en todo el país, recordamos cómo se veía el «trucutú»11 en la tele. Enseguida llegó Alfredo Palacio y estoy segura de que muchos lo ubicamos únicamente porque ya estaba medio veterano, pues, para ese momento nosotros íbamos en secundaria y nuestra vida giraba en torno a otros asuntos de interés, como los mensajes de texto enviados con nuestros primeros teléfonos móviles, los conciertos de nuestras bandas en CD y DVD, y los chats por Skype, aunque lo caótico y trágico de ese periodo fue la masificación de la música urbana que no respetaba posición social, económica ni sexual.

            Aquí estoy convencida de que cuando agarramos las riendas de nuestra conciencia, por así decirlo, Rafael Correa ya había asumido la presidencia de Ecuador y llenaba con sus fotos las cuartillas de textos escolares y los logos en instituciones públicas. Durante esas fechas muchos de nosotros, ya jóvenes, conocimos e hicimos el amor, hicimos lo que nuestros padres no querían que hiciéramos, dominamos el espacio internauta, fuimos a la universidad, nos despedimos de algunos amigos de la infancia e hicimos nuevos, llegamos a admirar a varios maestros de la vida, tuvimos nuestro primer empleo formal y a nuestros primeros hijos, presenciamos el 30S12 y conocimos sobre justicia con  Los 10 de Luluncoto13.

            Con estas múltiples formas llegamos a Lenín Moreno, periodo inaugurado por alias «Guacho» y el caso del equipo periodístico de El Comercio14, secuestrado en zona paramilitar. Con Moreno también vivimos los escándalos en plena pandemia: funcionarios, políticos y figuras públicas involucradas en casos de corrupción15, nombres que se han relacionado a casos similares a lo largo de la historia. Afortunadamente contamos con nuestra mayor aliada: la internet, esa que nos mantiene al tanto de temas que los adultos siempre nos ocultaron: historia, política, religión, amor, sexo, etc. Ahora tenemos un nuevo gobierno, aunque, bueno, de nuevo no tiene mucho, porque está manejado por las mismas caras que ya nos han poseído.

            Para este momento ya estamos en la vorágine de la adultez, a puertas de los treinta; todos ya pasamos el año maldito, ese año en el que las rockstar se suicidan; algunos de nosotros ya tenemos deudas, posgrados y proyectos fallidos. Nosotros, aquellos niños del 92, somos devorados por las ideas de nuestros progenitores que nos siguen viendo como chiquilines, que nos atacan con argumentos ad hominem porque, para ellos, nosotros no tenemos derecho a opinar de cosas que pasaron cuando usábamos pañales y tomábamos biberón, para ellos nosotros no conocemos la verdad. Lo curioso es que el fin del siglo nos pertenece, somos la generación dotada por la capacidad de entender lo que hubo y lo que habrá, aquella generación que creció entre la violencia y la agresividad como parte de la condición humana de ese entonces, somos la generación que promueve la sana convivencia y la negociación con la generación que se nos viene. Somos la generación de la conciencia. Si algo sí nos pertenece es la historia, quizá no la verdad, pero sí nuestro enfoque, porque de por ahí venimos, de las múltiples formas, de los rostros distorsionados, de la polifonía y discursos varios.

1 Nombre con el que se le asigna a la tendencia liderada por el movimiento populista Concentración de Fuerzas Populares (CFP), fundado por Carlos Guevara Moreno, ex Ministro de Gobierno de Velasco Ibarra, quien, luego de su exilio voluntario, fue reemplazado por Assad Bucaram que se convirtió en el máximo representante del movimiento. La pugna populista de la época estaba al dominio del «cefepismo» y del «velasquismo» —liderado por Velasco Ibarra— (Martz, 1989). Assad Bucaram fue inhabilitado y desterrado durante la dictadura de la Junta Militar y al término de esta, en 1979, el CFP regresó con más semblante, pero, esta vez representado por Jaime Roldós, con quien retornó el régimen democrático a Ecuador (Castro, 2006; El Telégrafo, 2016).
2 Caso tipificado como peculado que se ejecutó en noviembre de 1996, durante el gobierno de Abdalá Bucaram. La Ministra de Educación de ese entonces, Sandra Correa, negoció con una empresa colombiana la adquisición de material y equipos educativos, incluyendo un lote de útiles escolares y una mochila que no se entregaron a toda la población de estudiantes, tal como lo había prometido durante la campaña del proyecto (Historia de la Procuraduría General del Estado, 1997).
3 Luego de que el Congreso Nacional removiera del cargo de presidente a Abdalá Bucaram por incapacidad mental, el 6 y el 7 de febrero de 1997 se llevó a cabo una disputa entre Abdalá Bucaram, Rosalía Arteaga y Fabián Alarcón, quienes reclamaban la presidencia del país. Alarcón, presidente del Congreso Nacional, se declaró presidente interino, mientras que Arteaga, vicepresidenta electa del Ecuador, reclamaba su derecho constitucional para asumir la presidencia, y Bucaram exigía pruebas contundentes para su destitución. El 8 de febrero Bucaram anunció su renuncia y la contienda quedó a manos de Arteaga y Alarcón. Arteaga fue asignada temporalmente presidenta del país, cargo que lo desempeñó hasta el 11 de febrero, cuando se dio un golpe de estado. Desde ese momento Alarcón asumió la presidencia interina hasta agosto de ese año, una vez que asumió el nuevo presidente constitucional (Aznárez, 1997).
4 Especie de dulce de la repostería popular. Se la elabora frecuentemente con guayaba y azúcar (Encalada, 2018).
5 El Diccionario de americanismos lo registra como ecuatorianismo que significa: «plátano maduro relleno de queso, recubierto con una mezcla de harina de trigo, leche, azúcar y huevos, y frito en aceite»
6 Marca de paleta de dulce.
7 Ni En Vivo Ni En Directo (N.E.V.N.E.D.) fue un programa de comedia ecuatoriana, creado por Galo Recalde y Jorge Toledo, y protagonizado por Galo Recalde y David Reinoso (Piza, 2017).
8 Chistes con contextos subidos de tono, generalmente insinúan a contenidos sexuales.
9 La Función Judicial de Ecuador estaba politizada, mediante la modalidad de «cuotas», por las fuerzas que prescindían en el Congreso Nacional, especialmente por el Partido Social Cristiano (PSC) que controlaba las decisiones penales durante algunos años. Para otorgar autonomía y transparencia en el actuar, la Corte Suprema de Justicia creó en 1998 una reforma constitucional para calificar a los funcionarios, mediante oposición y mérito. Sin embargo, hasta el 2005 la Corte no era del todo autónoma y las fuerzas políticas del legislativo la seguían manteniendo. De esta forma, la problemática llegó a su esplendor cuando el magistrado Guillermo Castro, alias «Pichi», en conjunto con el entonces presidente de la República, Lucio Gutiérrez, decidió anular los juicios en contra de Abdalá Bucaram, Alberto Dahik y Gustavo Noboa, acusados por peculado durante sus gobiernos; esta situación provocó el repudio del pueblo y del legislativo que denominaron a la Corte como “Pichi Corte”. Este fue el inicio para la decadencia del gobierno de Lucio Gutiérrez (Observatorio Anticorrupción, 2021).
10 Luego de los disturbios ocasionados por la problemática en la «Pichi Corte», Gutiérrez se enfrentaba al caos social. Sin embargo, el nepotismo de su gabinete seguía en pie, lo que provocó un golpe de estado. Varios jóvenes y mujeres de clase media tomaron las riendas de las manifestaciones en la ciudad de Quito. En abril del 2005 los manifestantes concurrieron a la residencia del presidente, quien los catalogó de «forajidos». En ese momento, los «forajidos» se convirtió en un movimiento social que tomó el nombre con el que Gutiérrez los quiso criminalizar e intimidar. El movimiento indígena y otros movimientos sociales apoyaron a los «forajidos» que cada vez tomaban magnitud, lo que provocó el derrocamiento final de Gutiérrez, en abril del 2005 (Ortiz, 2005).
11 Córdova (1995) lo define como tanqueta de la Policía Nacional que se emplea para controlar los disturbios callejeros y las manifestaciones. El Diccionario de americanismos registra este término como un ecuatorianismo que significa: «vehículo cisterna, blindado y acondicionado con mangueras de alta presión, que usa la policía para dispersar manifestaciones lanzando chorros de agua».
12 Intento de golpe de estado ocurrido el 30 de septiembre del 2010, en el primer periodo de gobierno de Rafael Correa. Cronológicamente este hecho ocurrió desde las 07:30, con la toma policial del Regimiento Quito N1, y culminó a las 23:00, con un Enlace Nacional. En este acontecimiento también se sublevaron la escolta legislativa, algunos militares y manifestantes a nivel nacional, y se declaró estado de excepción (Fiscalía General del Estado, 2015).
13 Grupo subversivo acusado de terrorismo y sabotaje por el gobierno del entonces presidente Rafael Correa. Según la Fiscalía y el Ministerio del Interior, Los 10 de Luluncoto armaron un motín en contra del presidente colombiano Juan Manuel Santos que visitaba Ecuador en diciembre del 2011, con el fin de restablecer las relaciones diplomáticas con el país. Los 10 de Luluncoto se movilizaron en las plazas centrales de las tres ciudades principales: Quito, Guayaquil y Cuenca, y lanzaron bombas molotov con mensajes panfletarios en contra de los mandatarios ecuatoriano y colombiano, bajo el seudónimo de Fuerzas Armadas Insurgentes Revolucionarias del Ecuador (FAIRE). Sin embargo, nuevas investigaciones hablan sobre un falso proceso de subsunción, en donde se cree que se atentó contra los derechos civiles de un grupo de ciudadanos, quienes fueron acusados erróneamente bajo el operativo de fuerza pública «Sol Rojo» (Defensoría del Pueblo, 2018; Ávila, 2012; Andocilla, 2015).
14 Walter Arízala, alias «Guacho», fue un guerrillero ecuatoriano que formó parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), hasta el momento en que las FARC firmaron un pacto de paz con el gobierno colombiano. Guacho se desvinculó de la guerrilla y formó el Frente Oliver Sinisterra que se mueve en la frontera amazónica entre Ecuador y Colombia, dominando el narcotráfico. La Fiscalía de Colombia comprobó que este Frente estaba vinculado al Cartel de Sinaloa de México. A Guacho se le adjudica una serie de crímenes ocurridos en zona fronteriza, especialmente el secuestro y asesinato de un equipo periodístico de diario El Comercio de Ecuador. Desde ese momento, Guacho se convirtió en el criminal más buscado de ambos países, y fue presuntamente asesinado en diciembre de 2018, en pleno gobierno del presidente ecuatoriano Lenín Moreno y el presidente colombiano Iván Duque (Ávila, 2018).
15 Casos de sobreprecio en la compra de insumos médicos para erradicar el virus COVID-19, peculado y tráfico de influencias, ocurridos durante el último periodo de Moreno.

Referencias bibliográficas

Andocilla, V. (2015). Casación caso 10 de Luluncoto: ¿justicia o no justicia? Revista Rupturas. Disponible en https://www.revistarupturas.com/casacion-caso-10-de-luluncoto.html.

Asociación de Academias de la Lengua Española. (2010). Diccionario de americanismos. Asociación de Academias de la Lengua Española.

Ávila, A. (25 de diciembre de 2018). La muerte del hombre que puso en jaque a dos Estados. La caída de «Guacho» solo servirá para los aplausos, pero la costa pacífica nariñense seguirá desangrándose. El País. Disponible en https://elpais.com/internacional/2018/12/25/colombia/1545698896_281488.html.

Ávila, R. (2012). Los diez de Luluncoto, ¿terroristas? Justicia. Disponible en https://repositorio.uasb.edu.ec/bitstream/10644/4110/1/Avila%20Santamaria,%20R-Los%20diez.pdf.

Aznárez, J. (8 de febrero de 1997). Caos político en Ecuador tras la proclamación de tres presidentes. El País. Disponible en https://elpais.com/diario/1997/02/08/internacional/855356423_850215.html.

Castro, B. (2006). Jaime Roldós Aguilera, un presidente emblemático. Comisión Nacional Permanente de Conmemoraciones Cívicas.

Córdova, C. (1995). El habla del Ecuador: diccionario de ecuatorianismos. Contribución a la lexicografía ecuatoriana. Universidad del Azuay.

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El Telégrafo. (17 de octubre de 2016). El gobierno de Roldós enfrentó el desafío de consolidar la democracia y reposicionar la política exterior del Ecuador. El Telégrafo. Disponible en https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/historias/1/el-gobierno-de-roldos-enfrento-el-desafio-de-consolidar-la-democracia-y-reposicionar-la-politica-exterior-del-ecuador.

Encalada, O. (2018). La lengua morlaca. GAD Municipal del cantón Cuenca.

Fiscalía General del Estado. (2015). Casos 30S: Informe a la ciudadanía. Fiscalía General del Estado. Disponible en https://www.fiscalia.gob.ec/images/NuestrasPublicaciones/30s-informe-ciudadania.pdf.

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Martz, J. (1989). La expresión regionalista del populismo Guayaquil y el CFP, 1948, 1960. En Burbano y de la Torre (Eds.), El populismo en el Ecuador. ILDIS.

Observatorio Anticorrupción. (2021). Pichi Corte. Fundación Ciudadana y Desarrollo.

Ortiz, G. (2005). La acción de los «forajidos», desafío para los partidos políticos. La Tendencia. Revista de análisis político. (3), 23-32. Disponible en https://repositorio.flacsoandes.edu.ec/bitstream/10469/5005/4/RFLACSO-LT03-03-Ortiz.pdf

Piza, A. (12 de noviembre de 2017). Ni en Vivo ni en Directo instituyó la parodia en la televisión nacional. El Telégrafo. Disponible en https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/espectaculos/1/ni-en-vivo-ni-en-directo-instituyo-la-parodia-en-la-television-nacional.

Erika Torres. Nómada de los Andes que hace poco terminó el «año maldito» por el que todas las rockstars pasan. Licenciada en Ciencias de la Educación, con mención en Lengua, Literatura y Lenguajes Audiovisuales. En sus tiempos libres se dedica a armar sendos monólogos sobre la existencia que quedan solo para ella, porque, como buena juliana, es algo reservada. Le gusta escuchar porque así aprende más que cuando habla. Es más lectora que escritora y también viceversa.

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