Queridas María Alejandra y Daniela, me gustó mucho el libro de Aquiles y la tormenta, en especial me gustó el párrafo en el que habla del olor de la leche recién ordeñada, la espuma que le recordaba a la del mar que siempre quiso conocer y la ilustración de las vacas en balsas.

También me gustó la parte de sus recuerdos, eran como peces saltando de un lado a otro, me hizo acuerdo a cómo mi mamá me contó que su abuela Nila fue perdiendo poco a poco la memoria por el Alzheimer.

Gracias por dejarme leer este libro tan especial.

Att: Pedro Orellana G.

Hola, Pedro, ¿cómo estás?, ¿hace frío allá donde vives?

Te saludan Ale y Dani, desde Guayaquil y Quito. Queríamos decirte que nos alegra mucho que te haya gustado el libro Aquiles y la tormenta. De las ilustraciones que hizo Dani, las de las vacas sobre las balsas también son de nuestras favoritas. ¿Te imaginas la reacción de las vacas al navegar sobre el mar?

Por otro lado, los peces, si te das cuenta, son del mismo color. Así fue cómo se pensó que se verían los pensamientos del abuelo al experimentar su enfermedad. Si en una corriente hay varios peces del mismo color, es difícil diferenciar unos de otros. Ilustrar este cuento fue una experiencia muy bella, pero el saber que hay lectores y lectoras que lo disfrutan, como tú, nos llena mucho el corazón.

Ojalá esta historia te haya traído buenos recuerdos sobre lo que te contaba tu familia. Siempre es grato oír las anécdotas de los mayores, porque nos hacen sentir parte de una comunidad que se ayuda y se sostiene. Te invitamos a que le cuentes a más personas de este libro que trabaja con mucho cariño la relación con nuestros abuelitos que sufren de ciertas enfermedades.

Gracias por tu carta. Nos hizo muy felices.

Abrazos.