Monda & Lironda

REVISTA AZUAYA ESPECIALIZADA EN CRÍTICA CULTURAL Y ESCRITURA CREATIVA

NÚMERO 25

MARZO 2025 | CUENCA, ECUADOR

El Brutalista: El corte magro de una piedra es el corte de la historia

Por: Andrea Crespo Granda

 

En El Brutalista, Adrien Brody interpreta a László Tóth y Guy Pearce, a Harrison Lee Van Buren. Imágenes libres de derechos intervenidas por Juan Contreras.

El control de los símbolos es el control del discurso. Hans Belting (2007) problematiza cómo nos aproximamos a las imágenes. Para él, el discurso sobre la imagen se fortalece cuando se aborda en conjunto con el discurso de los medios: las superficies en donde circula lo visual son su contraparte. Desde esta perspectiva, el gesto del iconoclasta es la historia del crimen y la destrucción, pero, sobre todo, es lo histórico fundacional. Es economía: eficiencia en la distribución de los sentidos.

El Brutalista (2024), película de Brady Corbet, es una muestra de cómo la aparentemente dócil política de la fascinación —encarnada por Guy Pearce, en el personaje de Harrison Lee Van Buren, un multimillonario pragmático, con la astucia suficiente para detectar la grandeza— es como el brazo operador del poder. Ante la incapacidad de generar algo más que no sea dinero y temor, las élites sueñan con comprar experiencia, experiencia en sensibilidad, dolor, poesía, vida. Sin embargo, debido a que el agenciamiento de personas como Van Buren es, en sí, el de la explotación de los símbolos en pos de perpetuar sus ganancias (económicas o políticas), colocan el lenguaje del artista en una caja de resonancia de su propia discursividad.

En el filme, Adrien Brody interpreta a László Tóth. De forma magistral, este actor construyó un personaje poderoso en su fragilidad: un arquitecto que se desmorona, como una montaña desnuda en sus elementos. Durante 215 minutos, nos comprometemos a contemplar la brutal destrucción del alma de un ser humano al que se le ha mostrado que no vale nada, que pueden hacer con su carne y con su destino cualquier cosa. Para él, la voluntad es apenas un recuerdo. El Brutalista es una película sobre la degradación.

En marzo de 2025, Adrien Brody ganó el Oscar a Mejor Actor por su interpretación de László Tóth. Fotograma de El Brutalista (2024).

Aunque existen algunas críticas a la cinta por presentar un aparente discurso sionista, estas son una forma corta de lectura. En una escena, Zsófia, la sobrina de László, decide ir a Israel y, de cierto modo, «volver» a la mítica tierra en donde los judíos no serían despreciados. Sin embargo, he aquí lo relevante, el personaje interpretado por Brody no acepta esta decisión. La película es la elegía de un hombre a quién —no por su condición de judío, sino de persona— tanto la tierra prometida, como la de la libertad le han fallado. A los vencidos no los quiere nadie. László Tóth ya lo sabe, así como ahora lo sabe mi generación, la de mis padres, la de mis abuelos y las que vendrán: ya hemos visto este bucle.

He aquí una pequeña verdad: las grandes revoluciones se tornan en grandes dictaduras. Los regímenes democráticos son bellos para quienes pueden pagar por la belleza y los derechos. Los grandes líderes llevan el alma de caudillos a flor de piel. Las causas nobles se convierten en guerras. Los desaparecidos no regresan a casa vivos, pero nunca nos abandonan. Los cuerpos y la vida de quienes no poseemos poder son la moneda de cambio para el bienestar de pocos. Los iconoclastas se convierten en feligreses. Los feligreses comandan ejércitos. Los ejércitos sirven a las revoluciones, las grandes revoluciones… y los vencidos son todos los que están por debajo de la brutalidad fascinante de quienes tienen el encanto naíf de la influencia.

El cine es un lenguaje —y uno extranjero—, es una manifestación orgánica cambiante; no solo su técnica o características tienen formatos propios. A pesar de saber que estamos ante un artificio, en el cine, existe un pacto que convierte la ficción en verdad. Esta es la potencia del lenguaje: subyace a toda existencia. Esto ocurre con El Brutalista, nos traslada a un punto del bucle histórico y nos lo muestra, con la precisión del corte de una lámina de mármol lunar. El corte magro de una piedra es el corte de la historia.

Una epistemología de las artes tiene como función poner en riesgo, en sospecha, toda operación de poder. El Brutalista es una película que atraviesa tres décadas de la vida de un hombre y, en ese trayecto, inserta una pregunta vital y urgente para nuestros días: ¿cómo subsistir en el posfascismo?

El imperio de las imágenes y su intensa relación con el poder se fractura mediante el discreto oficio del artista. Tal vez, no sea posible dinamitar el orden posfascista del mundo, con sus billonarios creando guerras, desapareciendo infantes, expoliando recursos; pero sí podemos transmitirle carcoma.

Cuando dejamos que la generosidad y la duda habiten entre nosotros y nosotras, nos abrimos al gesto mínimo de darle herramientas al otro —no en forma de respuestas, sino siguiendo la senda de Benjamin—, pequeños retazos, para que cada quien componga una pregunta, articule una duda y pueda crear un canto: la balada de quienes se rompen, en medio del imperio de la frivolidad.

Referencias y recomendaciones de lectura

Belting, H. (2007). Antropología de la imagen. Katz Editores.

Benjamin, W. (2015). Estética de la imagen: fotografía, cine y pintura. La Marca.

Andrea Crespo Granda (Guayaquil, 1983). Es escritora y trabaja como docente en espacios dedicados a la literatura, escritura creativa y fomento a la lectura, como la Universidad Casa Grande o el Grupo Santillana. Ha publicado los poemarios L.A. Monstruo (Cadáver Exquisito, 2013), Registro de la habitada (Premio Nacional de Poesía Aurelio Espinosa Pólit, 2016), Libro hémbrico  (Premio Nacional de Poesía David Ledesma, 2017), Matinée —el cinematógrafo tropical— (Lectoriz, 2024) y Cirio (La Caracola, 2025); además de las novelas Los cielos de marzo (mención en el Premio Miguel Donoso Pareja 2019; Cadáver Exquisito, 2023) y Objetos del cielo profundo (los inventarios inmateriales) (Premio a publicaciones del Instituto de Fomento a la Creatividad y la Innovación, 2025).

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