Carta a Michelle Illescas
Gualaceo, 31 de julio de 2023
Querida Michelle Illescas,
Mi nombre es Sofía Cárdenas, tengo diez años y soy de Gualaceo.
Me encantó el cuento «La sonrisa de un sol roto»1, puesto que el cuento me recuerda mucho a las historias o costumbres que mi abuelita me contaba que hacía cuando era una niña. Cómo relataba el cuento, cuando el niño bordaba con cada puntada, me hacía pensar en todas las tristezas que pasan las personas con sus respectivas laborares diarias y cómo realizan hermosas obras de admirar, hermosos bordados o tejidos.
De nuevo le felicito por su excelente trabajo al escribir tan hermosas historias basándose en los oficios de los artesanos de nuestro país.
😊 Un fuerte abrazo desde Gualaceo 😊
Cuenca, agosto de 2023
Querida Sofía,
Si te soy sincera, hace mucho que no escribo una carta, pero me causaron tanta emoción tus palabras, que aquí está mi respuesta.
Es mágico ver cómo los dibujos cuentan historias, mientras las palabras los atraviesan, se acompañan juntos. Es aún más mágico ver cómo nos conectan con nuestra familia, nuestro entorno, con nosotros mismos; cómo nos guían a encontrar nuestra esencia.
En el cuento, ves un mundo donde las personas prefirieron olvidar el pasado, tal vez por lo triste de algunos recuerdos. Pero el protagonista no se rinde, sabe que la felicidad no solo está detrás de lo bueno, sino que también está escondida detrás de lo triste y así emprende su viaje, a pesar de ser pequeño, de estar muerto de miedo, de estar solo. Y lo logra.
Ese niño es como tú, como todos los demás niños y adultos que nunca se rinden hasta ver salir el sol, el enorme sombrero de paja toquilla. Por eso, lucha, abraza, ama, llora; no tengas miedo, que la vida se forma de todos los recuerdos del corazón, así es como la lluvia se vuelve, al fin, de colores.
Te mando un abrazo enorme y te agradezco por hacerme creer en mí y en lo que hago.
Con cariño, Michelle.
1 Para esta entrega de Infancias, la Editorial Subte de la Chuna nos donó un ejemplar de Cuentos contados desde la artesanía (y sus traducciones en inglés y francés), para que se lo obsequiáramos a una niña o niño lector. Este pie de página es para agradecerles.