Mujeres que organizan la vida: el trabajo del Movimiento de Barrios en Lucha en Guayaquil
El Movimiento de Barrios en Lucha (MBL) es una organización de familias trabajadoras, la mayoría integradas por personas en condiciones de precarización laboral o autónomas, que viven en Monte Sinaí, sector Voluntad de Dios, Socio Vivienda 2 y El Guasmo Sur. Estas familias se han agrupado con un objetivo claro: alcanzar condiciones dignas de vida y trabajo.
Quienes conforman el MBL se organizan según el territorio y por familias, así desarrollan asambleas mensuales a las que puede asistir cualquier miembro del núcleo familiar, porque la representación no es individual. Esta forma de proceder considera lo que representa el barrio y resulta en una reflexión política, ya que la gente se organiza donde duerme, habita y desarrolla su vida.
Un pizarrón del MBL promociona la jornada productiva con los vecinos de Socio Vivienda 2. Fotografía de Andrés León León tomada en noviembre de 2022. Cortesía.
Giselda revisa el encocado de pollo que se prepara para la jornada productiva. Fotografía de Andrés León León tomada en noviembre de 2022. Cortesía.
Los habitantes de Socio Vivienda 2 se han acostumbrado a la presencia militar en sus barrios. Fotografía de Andrés León León tomada en noviembre de 2022. Cortesía.
En 2012, Socio Vivienda 2 se pobló por las familias del Estero Salado que fueron reubicadas en este sector, también es uno de los barrios más estigmatizados de Guayaquil y Ecuador, por los enfrentamientos entre bandas y la delincuencia organizada. Por ello, sus habitantes han aprendido a vivir con una fuerte presencia militar y policial. Cuando visité el sector, el MBL realizó una jornada productiva que incluía la venta de comida, para generar recursos económicos destinados a las familias de la organización. El objetivo de esta jornada es que cada grupo familiar cuente con una canasta básica de alimentos a final del mes.
Un encocado de pollo ahumado listo para ser servido. Fotografía de Andrés León León tomada en noviembre de 2022. Cortesía.
«Esta es una organización sostenida por mujeres. Las que realizan la mayoría del trabajo son ellas», dice Camila Martínez, coordinadora política del MBL, quien labora, desde hace cinco años, en los barrios donde ahora el movimiento tiene presencia territorial.
Camila cuenta que la organización barrial en Ecuador está cooptada por los municipios, mucho más en Guayaquil, donde los dirigentes barriales suelen responder a intereses políticos, no a los de la comunidad. De esta manera se han convertido en operadores de partidos o movimientos que buscan sostener el poder, a través del voto mayoritario que representan los barrios populares.
El MBL constituye una organización novedosa que rompe con el clientelismo de las autoridades locales y nacionales, además, forma dirigentes capaces de responder a las necesidades propias de quienes conforman el movimiento. Su trabajo no es inmediatista, quienes integran el MBL saben que el proceso de organización territorial les tomará tiempo, recursos y compromiso, antes de convertirse en una alternativa para una de las ciudades más desiguales del país en materia social y económica.
Guayaquil es de extremos: el 70 % de su población económicamente activa trabaja en el sector informal, la mayoría de ellos a destajo, y del 30 % restante que está en la formalidad, el 20 % entrega entre 10 y 12 horas de su vida para recibir un sueldo básico.
Walter, miembro del MBL, explica a los vecinos de Socio Vivienda 2 e integrantes del MBL los acontecimientos ocurridos el 15 de Noviembre de 1922. Fotografía de Andrés León León tomada en noviembre de 2022. Cortesía.
Una parte del museo itinerante. Fotografía de Andrés León León tomada en noviembre de 2022. Cortesía.
Como el puerto más grande e importante del Ecuador, esta ciudad no es ajena a la lucha de los trabajadores. En Guayaquil y el país, todavía se recuerda la matanza de obreros y obreras que ocurrió el 15 de noviembre de 1922, se la conoce como «Las cruces sobre el agua», por la obra literaria de Joaquín Gallegos Lara. Este suceso destaca por su brutalidad: los cadáveres de los manifestantes asesinados por el ejército ecuatoriano fueron arrojados al río Guayas, pero antes, también fueron cortados al medio, para que cayeran al fondo del río. Desde ese día, cada 15 de noviembre se colocan ofrendas florales y cruces de madera para honrar a los muertos. Es irónico, pero en Guayaquil casi nadie lo sabe.
Sin embargo, para el MBL, esta es una oportunidad para activarse, por eso, han decidido conmemorar esta fecha histórica para la clase trabajadora, en los lugares donde consideran debe ser recordada. El objetivo es que las nuevas generaciones de trabajadoras y trabajadores de la ciudad tengan conciencia de que existe un legado de levantamientos populares y organización de clase.
Es así como un museo itinerante con fotografías y textos se instala en los barrios. Un militante del MBL explica que la mayoría escucha y se sorprende al conocer un Guayaquil que ha sido negado en la historia de los dueños del puerto, un Guayaquil que es mucho más que ese modelo de «éxito».
Un vecino de Socio Vivienda 2 observa con recelo la jornada productiva del MBL. Fotografía de Andrés León León tomada en noviembre de 2022. Cortesía.
Evelyn García tiene ojos amables y una expresión suave que se enciende cuando habla con la gente de los barrios en los que trabaja el MBL. Ella nació y creció en Guayaquil, y su labor siempre ha estado vinculada al servicio de personas en condiciones de vulnerabilidad social y económica. Me contó que toda esa experiencia que le permitió ver de cerca las necesidades concretas de estas personas fue lo que la motivó a pertenecer al MBL desde su creación. Ella no quería formar parte de una ONG más, de esas que llegan, regalan un tanque de gas o un kit de alimentos, se toman una foto y se van; ella quería estar en una organización que trabajara con la gente con la que nadie quiere trabajar, quería estar en los barrios donde nadie quiere estar y quería hacer eso en una de las ciudades donde «organización popular» es un término que suena mal.
«Para que la gente te crea y respete, debes estar aquí todo el tiempo, trabajar en serio, poner tu tiempo y tu plata, si no, se van. [Ya] no quieren perder el tiempo, porque casi siempre les han fallado o mentido», dice Evelyn, quien lleva cinco años levantando la organización, con muchas certezas, a pesar de las dudas que normalmente genera el querer cambiar el mundo desde donde se puede.
Monte Sinaí
Janeth, vocera de Monte Sinaí, y Camila preparan la jornada productiva en Voluntad de Dios. Fotografía de Andrés León León tomada en noviembre de 2022. Cortesía.
En la tradición judeocristiana, Monte Sinaí es la montaña en la que Moisés recibió los mandamientos que rigen al catolicismo y otras Iglesias hasta hoy. Por otro lado, en este Monte Sinaí, que es la última invasión masiva registrada en Guayaquil, más que respirar santidad y leyes divinas, se siente el miedo y la tristeza que tiene la pobreza. A pesar de eso, aquí también el MBL coordina la vida junto a las familias que pertenecen a la organización. El museo que estuvo en Socio Vivienda 2, también está acá.
Francisca Pincay, integrante del MBL llegó a Socio Vivienda 2 hace nueve años, después de que la reubicaran desde el Estero Salado. Hoy vino a Monte Sinaí para apoyar a las compañeras de la organización. «Es algo bonito, porque una va a esas marchas, a todos lados y conoce gente, hace nuevas amistades. Ahorita que está todo dañado yo lo veo muy bien [habla de organizarse]», dice con una voz calmada que contrasta con el bullicio propio de una tierra caliente. «Ojalá hubiera un espacio para los niños, fuera mucho mejor también», concluye.
Las niñas y niños de los barrios donde fue decretado el estado de excepción no asisten a clases presenciales. La mayoría no tiene internet, por lo tanto, no puede aprender. Esto genera una problemática muy difícil: las niñas y niños se vuelven presas fáciles de las bandas, pues, al no tener una escolarización regular, encuentran en ellas un espacio de pertenencia. «Parece que uno viviese como olvidado acá», afirma Francisca.
El MBL busca dar una respuesta desde la organización de las familias, para construir un proyecto común que ofrezca soluciones materiales a la pobreza estructural histórica. El objetivo es que las niñas y niños del barrio cuenten con un capital cultural que les aleje de la violencia de las bandas.
Es evidente que no lo han logrado, que falta mucho por hacer y que siempre habrá diferencias en la forma de construir el proceso, pero la organización sirve para eso, para caminar al objetivo, uno que se puede alcanzar a pesar de los criterios distintos, los miedos y los despechos.
Francisca Pincay. Retrato tomado por Andrés León León en noviembre de 2022. Cortesía.
Xiomara, integrante del MBL, realiza caritas pintadas a las niñas y los niños de Voluntad de Dios. Fotografía de Andrés León León tomada en noviembre de 2022. Cortesía.
El MBL. Fotografía de Andrés León León tomada en noviembre de 2022. Cortesía.
El MBL es una organización pequeña, pero potente; una que enfrenta retos, el más grande de todos: seguir existiendo. Ha pasado casi un año desde que visité esos barrios, los que, entonces, vivían una cotidianidad nueva: la militarización después de las masacres carcelarias. Fui a Socio Vivienda 2 y Monte Sinaí no para buscar la pobreza, sino para ver la esperanza de mujeres y hombres trabajadores, personas que, en palabras de Camila Martínez, «construyen una reflexión política colectiva y concreta de sus condiciones de clase», personas que todos los días intentan cambiar el mundo desde donde se puede, el barrio.
Andrés León León (1990, quiteño en la teoría, cuencano en la práctica). Comunicador popular y fotoperiodista en formación. Estudió Filosofía hasta que llegó a sus manos un libro de crónicas periodísticas, ese momento supo que quería contar historias para toda la vida y se convirtió en un eterno estudiante del oficio. Zurdo de mano y principios, melómano e hincha de Messi.