Monda & Lironda

REVISTA AZUAYA ESPECIALIZADA EN CRÍTICA CULTURAL Y ESCRITURA CREATIVA

NÚMERO 21

AGOSTO-SEPTIEMBRE 2024 | CUENCA, ECUADOR

Los dueños de la calle: cultura urbana y espacio público

A pesar de que las expresiones de la cultura urbana —hablamos del hip hop, rap, breaking, grafiti y más— hoy son parte de la cultura en general y de que han ganado terreno en espacios oficiales —como museos o las Olimpiadas—, los artistas urbanos aún siguen luchando no solo contra los estigmas o la desinformación, sino contra quienes desean que ellos, ellas y su arte abandonen los espacios públicos. Por eso, para nuestro vigésimo primer número, les propusimos hablar de la cultura urbana, sobre los retos que enfrentan estos artistas y sobre si es posible sobrevivir en la calle sin cultura.

Abrimos esta edición con una Crítica Cultural en la que Darío Orellana Rodas reivindica las voces del street art que vemos en las paredes de Cuenca, las luchas que sus obras visibilizan y la destreza de sus autores y autoras. Para Academia Disidente, Francisco Santana analiza cómo la ola de inseguridad, que hemos visto en años recientes, está vaciando el espacio público y silenciando las expresiones culturales que lo componen. Para la entrevista de este mes, nos juntamos con Boris Ortega, cineasta y —en sus palabras— hacedor de hip hop, para hablar de su trayectoria musical y la necesidad de comprender realmente la cultura callejera. En Literatura, el b-boy Andy Cambisaca hace una oda a esos seres cuadrúpedos que, al ritmo de melodías «robadas», prestan sus manos a «la estética del cemento». En Plataformas Digitales, Natalia Páez analiza por qué la duración promedio de las canciones está cambiando y se pregunta si es cierto que, ¿por menos música, más likes? Finalmente, en Infancias, presentamos el intercambio epistolar ocurrido entre Octavia Zapatta, la niña que leyó Historias de Papayal de Eliécer Cárdenas, y Berenice Cárdenas, la hija de este icónico autor de las letras ecuatorianas, quien le pide a Octavia —y a nosotros— no perder «esa curiosidad por el mundo y por las cosas que contiene».

En estas páginas, nuestros colaboradores nos invitan a sumergirnos en la calle y en sus expresiones artísticas, a habitar nuestras ciudades con ojos atentos y, como dice Boris Ortega, a «estar con los chamos, convivir y ver lo que hacen y cómo lo hacen», pero también nos cuestionan sobre la importancia de la cultura para sobrevivir en un entorno cada vez más hostil y violento. Si es cierto que «la calle está muriendo», como dice Francisco Santana, también sería necesario dejar de reprimir las voces de quienes la habitan y la padecen.

Monda & Lironda de la CCE Azuay

Detalle del mural de Rayz (en el Paseo 3 de Noviembre) y de las bombas y wilds de Camila Dunia, Atroz, Daza y PXC (calle Chaguarchimbana y avenida Solano). Fotografías realizadas en el espacio público por Rosalía Vázquez Moreno e intervenidas por Juan Contreras.

CRÍTICA CULTURAL

Algo que nos cuesta entender sobre el arte callejero […] es que sucede en una ciudad habitada: por ello, es parte de la memoria histórica y del caos inevitable de una urbe; por ello, refleja la sociedad que la puebla; por ello, suele denunciar, con o sin consignas, la desigualdad, injusticia, exclusión, racismo, etc.

Llegamos, grafiteamos, vencimos
por: Darío Orellana Rodas

ENTREVISTA

Somos dueños de la calle cuando nos apropiamos del espacio, porque hacemos del piso nuestro lugar de ser, de la pared nuestro lugar de decir, del micrófono nuestro canal para expresar, de las tornamesas nuestra manera de cortar y decir lo que pensamos y sentimos […] la apropiación del espacio es parte de las luchas que vienen de hace muchos años atrás. En Cuenca ya hay varias generaciones de personas haciendo hip hop.

El miedo entra en la gente como las balas en los cuerpos. […] Pero ahí, en esas calles en donde antes hubo mucho de todo, incluso desorden, ahora no hay nada: […] ya no hay marimba ni arrullos en Esmeraldas. Nadie juega pelota en el suburbio de Guayaquil. […] Nadie imita a Julio Jaramillo en ningún salón. […] No hay amorfinos en Manabí. Nadie baila en el barrio de La Ronda de Quito. Nadie canta hip hop ni rap en los parques de Ibarra.

LITERATURA

…los b-boys y las b-girls, seres cuadrúpedos que, guiados por ritmos robados (samples), ofrecen sus manos para apoyarlas contra el piso y construir una danza híbrida, medio bestial, medio acrobática, medio robada también. Fiesta violenta entre ladrones, fieras, equilibristas y artistas, todos incompletos o improvisados forjan, sin querer, un movimiento espontáneo que se abre paso, entre lo espeso de esta pequeña jungla.

La estética del cemento
por: Andy Cambisaca

PLATAFORMAS DIGITALES

La apuesta de Residente contradice al mainstream vigente, su nuevo disco dura 1h34. Por el contrario, uno de los discos que salió este 2024, Funk Generation de Anitta, dura apenas 35 minutos, pese a que tiene 15 canciones. El rapero estadounidense Kanye West sacó su nuevo disco Vultures en 3 partes, la última estuvo en plataformas el 16 de agosto, cuenta con 8 canciones y dura apenas 14 minutos.

Nunca pierdas esa curiosidad por el mundo y por las cosas que contiene, porque es en la naturaleza, con la frescura del aire y la serenidad del entorno, donde tus ganas de tomar riesgos, junto con tus pensamientos creativos, fluirán libremente y harán de ti un ser humano grande, alguien que se expanda en lo que sienta y piense. Viajando y explorando serás feliz.

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